A veces....

martes, 21 de agosto de 2007 | |

I


A veces los deseos agobian:
Deseo, o eso quiero creer,
Ser menos cierto.

Pero no lo soy;
tengo demasiada pacotilla en el cerebro

Por ejemplo esto que digo
No es cierto,
Es frío y es lejano.
No se acerca a lo que quiero decir.

Mis palabras son toscas, torcidas,
Mis pensamientos comunes,
Brumosos.
La dureza de un páramo, de una fría extensión de tierra
Despejada, inocente, quemada;
Eso es lo que hay dentro de mí.

Simulacros de una pasión mal entendida,
Contaminada.
La fría precisión de una navaja:

Sin embargo
Me ahoga la voz el murmullo de un grillo que me habla
Al oído, que me dicta en silencio, sacrilegios y sueños
Que no alcanzo a recordar.

Sus palabras son brotes de tierra, lenguas extrañas, figuras insomnes
Aún desconocidas. Íntegras. Perezosas.

Sus murmullos que desembocan en el agua salobre
de un gran lago helado.
Las imágenes , tantas veces creadas, tantas veces manoseadas,
Tantas veces refugio.
Son ahora el silencio que me conduce a través dl sueño construido a través de
La incertidumbre, la extrañeza. Me enfrento a lo que no conozco, pero que siempre he deseado. Figuraciones construidas en el cielo eterno de una noche.




Es el murmullo que crece, entonado y siniestro,
Es el murmullo presente, ansiedad que hiere mi cuerpo, lo galvaniza, lo destruye,
Lo carcome.

Ansiedad, siempre funesta. Saber que no soy lo que pretende
La noche; saber que detrás, en la oscuridad de mi rostro,
En la profundidad de mis labios,
Soy otro, alguien más, desconocido,

Uno más estrecho, más conspicuo
Menos tierno, menos cierto.,
Menos fiel.


II

Escribo porque la noche me lo permite,
Pero mi lengua es una brújula descompuesta,
Un navegante fastuoso.

Escribo en busca de un refugio,
Me busco, sí, pero antes de encontrarme
Desaparezco,
Entono un verso errado y comulgo con los besos hipócritas.

No soy quién para afirmar nada,
Deambulo sordo
Entre sombras.

Escribo porque la noche me lo permite, me lo sugiere.
Porque la certera ironía me ha despejado de cualquier certeza. Soy la bruma. Una mirada y un silencio. Todo confluye, un delta. Una búsqueda, un vacío, las letras escritas sobre el silencio.

No hay muchos retornos en este viaje emprendido con la fe ciega
Encontrada en una vieja urna,
Abandonada a los pies de mi cama. ¿Certezas? Ninguna.
Solo el viejo resonar del viento,
El antiguo canto de una garganta seca, herida de muerte.
Solo el dulce velo de la mentira.

1 comentarios:

Estefanía González dijo...

Astronauta lanza a astronauta de buenos poemas un bip apenas audible.
La noche. Cosas del google. Metí "La ceremonia del porno" porque estoy leyendo el libro, y me encontré con esto. Y me gustó. Bip.