viernes, 13 de febrero de 2009 | |

1

La recuerdo bien. Era hippie, usaba largas faldas floreadas, sweters espesos que escondían su piel blanca, inmaculada, del sol. Entraba por la puerta de la prepa con el pelo suelto y ese halo de felicidad que solo la belleza puede tener. Con el pelo negro, azabache, suelto, con una mirada radiante, con una sonrisa en los labios. Pero era novia de un amigo. No el mejor. Ni el más cercano. Un amigo.Aún recuerdo la tarde, en la que borracho, le hablé bien de él, para que regresarán. Yo era un idiota y un romántico.
Porque lo único que de verdad quería era beber de sus labios las palabras más dulces, las palabras tiernas que seguramente ella reservaba para él. Maldita sea. Así es uno cuando de joven: Iluso, romántico, estúpido.


2


Todavía recuerdo a ver asistido a una fiesta. En su casa, con algunos amigos. Ella estaba hermosa, como siempre. Y lejana, como siempre. Había mucha gente y yo era demasiado tímido y demasiado tonto como para acercarme y decirle “Hola, te acuerdas de mí, me gustas mucho.”
Al final mis amigos bebieron de más y la noche termino frente a un puesto de tacos, muy lejos de su casa.
Otro día me la encontré sentada frente al mix-up de zona rosa. Hermosa, como siempre. Me dio su teléfono. Nunca le hablé. Tuve miedo, no sabía que decirle, no sabía como invitarla a salir, adonde llevarla, qué decirle, cómo hacerla reír.
Porque su sonrisa es hermosa; mitad tierna, mitad coqueta.
Y sus ojos negros intensos.

Lo sé porque acabo de verla, a escasos veinte centímetros de mí. Después de reconocer su mirada entre la gente. Su pelo negro azabache suelto.

Llegué a la sala en donde se realizaría ele vento. Solo, porque ahora voy solo a todos partes. De pie hasta el fondo del recinto pensaba en la forma más rapida de escabullirme de ahí, cuando nuestras miradas se cruzaron. Un instante. Es ella. Lo supe.

La saludé. Me dio un abrazo, me dijo que un día me vio en un antro, que me saludó y yo no la saludé. Que mamón, pensó de mí. Yo no me acuerdo. Estaría borracho. O ciego.

Ahora tengo clavada su mirada en la memoria. Con fuego. Ojos negros, intensos.

1 comentarios:

dèbora hadaza dijo...

Si ahora no la buscas te la parto!

jajaja no yo no, pero ahora si te lo merecerías.

y no sabia que habias estado en la presentacion de lo seriales, quien eras?