Casualidades

lunes, 23 de febrero de 2009 | |







A veces la memoria le juega a uno malas pasadas. Hace unos días buscando entre papeles viejos de la universidad, me encuentro una foto de I. Una foto de su abdomen, y una cosa me lleva a otra y terminó recordando una noche en la que nos encontramos en la casa de una de sus amigas. Teníamos poco de haber empezado a salir. Ella llegó sudorosa, pues había tomado la decisión que la mejor forma de llegar hasta el Estadio Azteca desde Xochimilco, era irse en bicicleta.
El sudor le corría por la frente y unas manchas se le habían formada bajo las axilas, manchado la blusa morada que vestía. Se veía cansada, en realidad.
Dejamos la bici ahí y nos fuimos al centro, al Bar Lulú, en donde iba a ver una fiesta de hip-hop, que no nos gustó.
Ella se quedó dormida entre mis brazos, cansada, sin importarle mucho el estruendo de la música que tronaba en las bocinas.
Esa noche dormí abrazado a su cuerpo moreno y poderoso.
Pero la vida es así, no se detiene. Hoy solo me encuentro con una foto y un buen recuerdo.

2 comentarios:

dèbora hadaza dijo...

eso de abrazar los cuerpos morenos y poderosos es ...

lindo relato

Larisa Escobedo dijo...

(ups)