Tú piel es agreste y sangrienta

miércoles, 12 de septiembre de 2007 | |

Tú piel es agreste y sangrienta


Tus ojos verdes ¿o amarillos?
Nunca lo supe a ciencia cierta.
¿Verdes o amarillos? Filosos, eso sí.

Con mirada ardua
Con palabras gastadas
Me engañaste.

Nada en ti figuraba el peligro;
Ni tu mirada filosa,
Ni tu lengua puntiaguda
Ni tu ingenio feroz.

Jamás me preparaste para tu embestida.

Caí en la trampa de tu piel,

Y lanza en ristre me embestiste derrumbando así mi estrategia.

Tu mirada ¿furiosa?
Desnudó mis defectos;

Nada quedo de mí.

Me tomaste por los pies
Me arrastraste.

Gocé de la tortura de tus labios
Aprendí a gozar de la visión sangrienta del amor
Que me tenías reservada:

Me engañaste,
Ahora sé que tu piel es agreste y salvaje,

Y yo fui
una víctima de tus desvelos.

Tu lengua perforó la dura corteza de mis sensaciones,
Marcó la corteza de mi desengaño.

Tus manos, delicadas cual cuchillos
Desgarraron elegantemente mis entrañas
Que devoraste con paciencia.

(De mi cuerpo
brotaron girasoles que escupiste en un terreno baldío.)

Ahora sé que tu misión son las tormentas
Y la creación.

Frente a ti me sentí como el agua turbia:
Ahogado,
Asesinado por el hecho mismo de estar vivo.

Tu mirada ¿helada? Helaba hasta mis cimientos.

Por un instante herido fui arrancado de raíz.
Sin compasión y sin furia.
Alejado de todo recuerdo.
Obsesionado con tu distancia.

0 comentarios: