Vivo

sábado, 17 de noviembre de 2007 | |

Vivo

¿Adondé vas?-Preguntó una voz. Un rostro moreno, oscuro.
Una sonrisa lúbrica.
Voy a ahogarme en el mar- Quisiste decir-. A ver sí la sal me quema las pupilas.
A ver sí la sal ahoga mis pecados.

Pero las palabras ya no salían. Estaban ahogadas.

Muerto. Así te quedaste.De piedra.

Una playa más. Otra.
Un olvido más. Otro.
Todo lo que pasaba ante tu mirada, por pequeño e insignificante que fuera, servía. Una sonrisa. Una mirada.Un encuentro. Una cerveza. Todo era suficiente, necesario.

Sí las palabras fueran tus amigas, no las tocarías, no las manosearías. No serías tan grosero como para acariciarlas, besarlas, con esa lengu sucia y mentirosa, que bien que sabes que tienes.
Preferirías el silencio.
Pero necesitó escucharme, para saberme vivo. Para quererme vivo. Muerto.
Muerto ya estoy.Un poco más todos los días.
Solo es cuestión de tiempo.
Por eso necesito escucharme. Hablar y mentir.
Vivo. Pra saberme

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