Extranjería

martes, 21 de julio de 2009 | |

"De allí surge esa permanente extranjería que habita sus mejores páginas, aquellas en que la realidad (la imagen es, por supuesto, de Ballard) parece un decorado que puede ser desmontado de un momento a otro para que el tiempo barra con él, inexorablemente."



Mis compañeros ven pornografía mientras yo leo a Ballard.
Estoy en un edificio a oscuras que se quema por dentro.
El miedo es el último compañero en este viaje.
La música retumba junto a los espasmos de una mujer que es violada analmente por dos negros, cuyas vergas son dos animales furibundos y ciegos.

Extranjero. Extraño. El latido del viento borra toda comunicación con el pasado.
Me aíslo, me escondo detrás de las palabras,
detrás de una sonrisa gris, que nada dice.
Sonríe y observa.
Junta los cadáveres que se han quedado a la vera del camino.
Mi cabeza solo registra palabras, recursos monetarios,
sumas y restas,
pasos que se alejan.
Escondido en la blancura de mi pantalla pretendo que nada de lo que me rodea me toque.
Nada me corresponde.
Nada quiero.

Son las dos de la mañana y solo espero que el mundo gire para que la noche se acabe.

1 comentarios:

dèbora hadaza dijo...

lo malo es sentirse extranjero todas las noches y que estas se tarden en acabar