¿Para qué?

jueves, 17 de septiembre de 2009 | |

A Edgar,a Gabriel,a "el Chino",a Paco, a Blanca, a Manolo, a Beto,a Florencia, a Don Florencio, a Doña Concepción. Pero sobre todas las cosas a Conchita, por todo, todo lo que me dieron.

¿Para qué luchar sí nada parece sentido?

Estás todo el tiempo al pie del cañon, buscando, peleando, tratando de no desmoronarte, y cuando parece que todo esta más o menos bien, viene la buena respuesta de los supuestos amigos que te dejan metido hasta el cuello en tus problemas, con tus responsabilidades. Y al final de cuentas tu tenias razón, quién se va a querer irse a vivir conmigo si no tengo nada, si mi casa es un hoyo vacío. En fin todo eso es doloroso, pero la vida te juega bromas muy crueles: acabo de hablar con Edgar, quién fue mi mejor amigo de la secundaria, de la preparatoria. Un amigo que me acogió durante mucho tiempo, una amigo cuya familia fue mi refugio durante años, muchos años. Su casa fue mi casa y sus hermanos mis hermanos. Aprendí mucho, de verdad. No me podría entender ahora sin todo ese tiempo que pase con ellos, platicando, hablando de todo o de nada, jugando basquet, jugando fut en su casa, saliendo con sus primos, con sus hermanos. Leyendo los libros que ellos me prestaban, escuchando a Serrat, a Silvio, a Pablo, a la santanera, los tigres del norte, pasando noches en vela platicando, viendo peliculas en la sala de su casa. No, definitivamente no me entendería ahora si no fuera porque los conocí a ellos, a todos ellos, a los Vargas, porque conviví con ellos entre los 16 y los 18 años, como un hjo más, un miembro más de la familia. hasta que entré a la universidad, y me hice más radical, y me hice darketo y empece a fumar mota y a meterme en mis rollos literarios y artísticos y me sumí en mis depresiones, y me consumí cosumiendo coca, y me aferré a mujeres que no me querían y me sentí especial y diferente y me sentí tonto, estúpido, definitivamente inútil. Y me perdí en decisiones absurdas, y me encontré por momentos, hasta que encontré a la literatura a los 25 años, cuando vi que solo eso sabía hacer, escribir poemas oscuros que a poca gente le gustan, escribir y escribir porque ahi estaba mi camino y en ese camino estaba yo y mi corazón y todo lo que significa mi vida. Y en eso que significa mi vida se encuentran todas esas personas a las que quisé y quiero, todas esas personas que alguna vez fueron mis amigos y me enseñaron el camino y se preocupaban por mí, y me ayudarón, le hicieron un lugar en su vida y en su corazón a este pobre wey que cree que nadie lo quiere, nadie lo quisó y que sin embargo ha conocdio gente, mucha gente que se preocupó por él y le hizo un espacio en su corazón, en su vida y le entregaron su experiencia, su conociminto. Y le hiceron darse cuenta de que la vida tiene algunos, pocos sentidos. Pero la amistad (la verdadera) es uno de esos pocos motivos por los cuáles seguir aquí, vivo, al pie del cañon.

Y ahora me despido, porque salgo, hacia el entierro de mi amiga Conchita.



(No tengo mucho más que mis pocas palabras)

1 comentarios:

lulífera dijo...

Es un espejismo el "hoyo vacío", se ve hasta donde se quiere ver, la tierra plana siempre es el campo más fértil para germinar.

Te mando mi abrazo como un baño caliente, la menta para la herida abierta del dolor vivo. La certeza de mi amor en medio de la que siempre será una incertidumbre.