La noche de los cuchillos largos

viernes, 10 de julio de 2009 | |

El apocalipsis se cuela entre las ocho columnas de los diarios, es solo una observación, una categoría más:

Contenido positivo.

Las luces de la oficina se apagan lentamente, como cuando el sueño te vence y te encuentras de frente con la mirda cruel de la maquina de golosinas que te observa con el sárcasmo atrpado en las botellas de coca-cola.

Piensas en levantarte, fumarte un cigarrillo, mientras recuerdas las palabras absurdas que te dijo la última prostituta con la que estuviste.

El baño es, sin embargo, el lugar más popular de toda la oficina.


2

Detenerte, sentarte frente a tu maquina y observar al resto de tus compañeros que hablan de cine, comparán recuerdos de series de televisión y buscan en Google el nombre de esa actriz que salía en una serie de televisión en la que compartía créditos con dos actores negros. En la serie los tres eran hermanos, ellos por adoppción, ella hija verdadera del padre blanco y rico que vivía en un penthouse de la quinta avenida de Nueva York.

Actriz rubia, de ojos azules y piernas torneadas, se perdería en las drogas después de que la serie fuera cancelada. Actuó en varias películas de serie B mientras su adicción a la heroína y a la coca la llevaban a visitar los lugares más lúgubres de Los Ángeles. La encontrarón muerta en un motel de paso, con la aguja clavada en el brazo derecho. Antes había actuado en varias películas porno, pero su cuerpo ya no era lo que alguna vez fue.

Dana Plate, pienso en silencio, mientras los escuchó. No les digo el nombre. The Ramones suena en alguna computadora abandonada

3

Una mujer duerme en su silla a un lado mío, mientras otros escriben frenéticamente mails a sus mujeres explicándoles porque no regresarán esa noche a dormir.

4

La explosión te sorprende sentado escribiéndo en el perfíl del facebook. Sin tiempo para huir, escuchas el desprendimiento del cielo.
Sin tiempo para huir observas como se incendian todos lo periódicos que has leído en los últimos seis meses.
No puedes dejar de pensar que ese era el final merecido para tanta palabrería vacua.

0 comentarios: